lunes, 30 de mayo de 2011

Víctor Amador I






A mi amigo David, sevillano y casi ateo, lúcido y simpático, le acaba de nacer su tercer hijo. Yo le digo, sin metáfora, que es un regalo de Dios. El me escribe, sin negarlo, que será bautizado como Víctor Amador, por ser una victoria de la vida y un fruto del amor. Luego añade un toque humanista y una justificadísima exultación: "Juan Luis Vives decía que nacer era recibir una sentencia de muerte. Siendo así, ¿no es éste acaso el condenado más hermoso que ha pisado jamás el corredor de la muerte? ¡Larga vida a Víctor Amador I, príncipe de Tomares, Sevilla, España, el Mundo, el Universo!". Así se habla, por supuesto. Y, para que veas que David tiene toda la razón del mundo, aquí puedes contemplar a Su Serenísima Majestad.

martes, 24 de mayo de 2011

Sócrates en ALSA



Va usted en autobús y le endosan, con el sonido abierto, una película guarrilla. Usted pregunta al conductor si sabe lo que está poniendo. Respuesta negativa. De nuevo le pregunta si él escoge las pelis. Respuesta negativa. -¿Y podría usted quitarla y dejarnos leer, dormir, charlar o contemplar el paisaje? Ahora el conductor emite el consabido juicio salomónico: -A otros viajeros a lo mejor les gusta, y tienen derecho a verla.

El tipo sabe perfectamente que uno tiene derecho a ver una película cuando paga para entrar en una sala de cine, no cuando compra un billete para que le lleven de Burgos a Madrid. Usted se lo explica con paciencia y le pide amablemente el libro de reclamaciones. Él, entonces, apaga el vídeo, toma el micrófono y explica al autobús, lleno hasta la bandera, que es que un viajero se ha quejado. Quizá quiere provocar una bronca de los ultrasur, no estoy seguro.

¿Y qué sucede? Pues no sucede absolutamente nada, y el personal sigue dormitando, mascando chicle, hojeando una revista, hablando por el móvil y escuchando su música enlatada. ¿Ha sido usted un egoísta insolidario, un odioso inquisidor? Cuando Sócrates silbó a los actores de una obra de teatro obscena e interrumpió la representación, algunos espectadores le echaron en cara su actitud. Él se limitó a responder que, en ciertas cuestiones en las que nos jugamos la educación de los jóvenes, ser indulgente es ser imprudente. Usted, en el autobús, ha sido socrático sin saberlo.

lunes, 23 de mayo de 2011

Elogio del PSOE


Todos los partidos políticos son marrulleros, pero el PSOE es otra cosa. Un poco de memoria histórica te enseña que lo suyo es el cambalache. Luego está la evidencia de estos años, donde se hace patente que se trata de una ideología residual, aunque muy capaz de triturar la sociedad más floreciente. Y digo esto casi como un elogio, porque Hamlet, que no se cortaba un pelo, hubiera asegurado que en el socialismo español algo huele intensamente a podrido desde hace un siglo.

domingo, 15 de mayo de 2011

Escribir canciones




La revista MERCURIO dedica su número de abril 2011 al arte de escribir canciones. Al acierto en la elección del tema añade las primeras consideraciones del editorialista:

"La poesía y la música componen una de las más fructíferas y antiguas colaboraciones artísticas", pues "comparten elementos comunes como la intensidad, el ritmo, la armonía… que se funden para transmitir emociones y experiencias, de modo que las canciones, en sus más diversos estilos (rock, pop, folk, melódica…) siempre han formado parte de la biografía sentimental de cada generación. Tanto si se trata de una composición en verso para ser cantada como de una pieza musical sobre un texto poético, la corta duración es una de sus principales características que las convierte en piezas inolvidables (...). De la importancia de una buena letra, sujeta a una estructura y a una rima; de la sonoridad íntima de las palabras; del distinto sello de la voz, de la perfecta y hasta misteriosa unión de esos elementos depende en gran parte su éxito".

De las firmas invitadas me quedo con estas luminosas palabras de Muñoz Molina: "Qué misterio, las canciones. Cuánta poesía y cuánta música y cuánta experiencia y cuánta fiebre y cuánto dolor
y cuánta belleza en dos o tres o cuatro minutos, cuántas historias dichas para siempre, en unas pocas palabras, en tantos idiomas".

Por las páginas de MERCURIO desfilan docenas de cantautores y poetas cantados, de Dylan a Reixa. Como suele ocurrir, son todos los que están, mas no están todos los que son: canta mucho la ausencia de Diego Domingo.

jueves, 12 de mayo de 2011

Elogio de la chuleta




Antaño, cuando los estudiantes se ponían de los nervios ante un examen, recurrían a la chuleta. El esfuerzo por meter la historia de España o la Tabla Periódica en una octavilla producía un efecto balsámico instantáneo, pues uno sentía las espaldas cubiertas con un paracaídas de emergencia, y todo parecía controlado. Como efectos colaterales, igualmente benéficos, la chuleta te enseñaba a ir al grano y distinguir lo esencial, a resumir y esquematizar.

Todo esto era antes, ya digo. Antes de que llegaran las reformas educativas del PSOE. Con ellas, al fin, empezamos a progresar adecuadamente, sin nervios ni necesidad de chuletas, porque en los nuevos exámenes solo había que subrayar la palabra "patata" y escribir correctamente el nombre del río que pasa por tu pueblo.

viernes, 6 de mayo de 2011

Menores y redes sociales



Si Ortega hubiera conocido internet, el "yo y mi circunstancia" lo habría circunscrito al "yo y mi red social". Eso pienso al salir de la brillante conferencia de Xavier Bringué, en la que me queda claro que los nuevos retos informáticos se pueden afrontar -en casa y en la escuela- con viejas soluciones educativas. De la pantalla para todos, entronizada en la sala de estar, hemos pasado a la pantalla individual, en el bolsillo de cada uno. Bringué, desde su rica experiencia familiar y docente, advierte a los padres: "Ahora, entre esa pantalla de bolsillo y tu hijo, solo tienes posibilidad de meter educación, formación".

Entre las encuestas que maneja, una nos dice que el queso de los menores en redes sociales se divide en tres grupos homogéneos, integrados por los que carecen de perfil, los que tienen uno, y los que tienen más de uno y los gestionan a base de horas diarias. El grupo con mejores notas es, con diferencia, el de quienes no están en las redes.

Al final, no me queda claro si nuestra creciente hiperconexión tiende a ser positiva y enriquecedora o, más bien, un megamarujeo intrascendente. Ahí, el profesor catalán ha sido un poco gallego.