¿Un nuevo libro?
Sí y no. El año 2000 publiqué Ética razonada. Desde entonces el mundo ha cambiado bastante. Ética actualizada es una puesta a punto pedida por la ‘modernidad líquida’ en la que ahora vivimos. Si me pide un ejemplo de ese cambio le diría que, hasta hace poco, ni siquiera existían palabras como posverdad, homofobia o transgénero, que designan realidades igualmente inéditas.
Un libro, por tanto, para una modernidad en crisis…
La crisis no es algo propio de nuestra época, sino de nuestra condición. El ser humano experimenta siempre –en palabras insuperables de Shakespeare- “los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne”. Y no le queda más remedio que buscar el consejo de los sabios, de los clásicos, de la buena literatura, de la filosofía, la psicología, la historia y la religión. He introducido todas esas referencias y creo que al lector le gustará ese diálogo interdisciplinar.
¿Para qué lectores escribe?
Espero ser de alguna ayuda a profesores y estudiantes de Ética, Filosofía y Antropología. Antes de ser libro, el texto ha funcionado bien con mis alumnos de la Universidad de Montevideo. Pero está abierto a un público amplio, pues optimizar la conducta es algo que interesa a cualquiera.
En pocas palabras, ¿para qué sirve la ética?
En pocas palabras y con dos metáforas: para llevar las riendas de la propia vida; para hacer con tu libertad la inversión más rentable.
Entonces, ¿la ética no es una utopía?
Es una necesidad. Hace que el mundo sea más respirable. C. S. Lewis dice que nos libra de vivir como monos con pantalones. Eso, lejos de ser una meta inalcanzable es una tarea asequible. Por otra parte, dado que a nadie le regalan nada, es también un empeño esforzado, que exige remangarse todos los días. Pero ese esfuerzo es gratificante.
¿Su receta para que un libro resulte interesante y entretenido?
Pienso que la amenidad viene a ser la buena educación de un profesor, de un escritor. No es lo mismo un argumento a secas que un argumento iluminado por un buen ejemplo, condimentado con una anécdota sabrosa. He sido muy selectivo a la hora de elegir argumentos y condimentos, entre los muchos acumulados desde que empecé a estudiar estas cuestiones. Respecto al interés, la ética me parece interesante de por sí, pues trata sobre lo único más importante que la vida: el sentido de la vida.