lunes, 5 de octubre de 2009

Hipatia y Bin Laden


¿Quién era Hipatia?

Era hija de Teón, científico que trabajó en el Museo de Alejandría en el siglo IV. Ella también cultivó la ciencia, pero prefirió la filosofía neoplatónica, en la que destacó por magisterio. Tuvo discípulos entre los ciudadanos más cultos e influyentes de la ciudad.


¿Cómo la trata Amenábar?

La trata muy bien, y a los cristianos muy mal. Es como si hubiera hecho un documental sobre el Islam y solo hubiera mostrado imágenes de los aviones que se estrellan contra las Torres Gemelas. El atentado del 11-S forma parte de la verdad histórica, pero el documental sería falso y muy injusto.


¿Y cómo era Alejandría?

Una gran ciudad, en la que convivían, con muchas tensiones, judíos, helenistas y cristianos. Juan de Éfeso, en el siglo V, los veía como "una horda de bárbaros, directamente inspirada por Satán", y el obispo Cirilo les reprochó su carácter levantisco y pendenciero, en su homilía pascual del año 419. De hecho, pocos años después, en 422, el prefecto imperial fue muerto en un tumulto. Lawrence Durrell los retrata entregados a las facciones y algaradas, a veces con episodios sangrientos.


Como la muerte de Hipatia…

Sí. Una noche, los judíos asesinaron a un buen número de cristianos. Como respuesta, el obispo Cirilo logró expulsar a la población hebrea de la ciudad. Pero entonces la economía se resintió, y entre el obispo y el gobernador creció la enemistad. Hasta que un día unos cristianos exaltados asesinaron a Hipatia, a la que atribuían influencia anticristiana sobre el gobernador.


Se dice que la muerte fue el precio que pagó Hipatia por su libertad de pensamiento

Parece que los motivos fueron más políticos que intelectuales o religiosos. Sin embargo, desde la Ilustración, se presenta a Hipatia como mártir de la ciencia. En una web de cine, al comentar la película de Amenábar sobre Hipatia, he leído que la ciencia fue su vida, y que por eso murió linchada por una turba de cristianos enfervorecidos. El redactor de esa web sabe de sobra que los cristianos enfervorecidos no se dedican a descuartizar científicos, pero dice lo contrario. Quizá tampoco sepa que la ciencia moderna nace en las Universidades, instituciones inventadas por la Edad Media cristiana.


Pero a Hipatia la mataron los cristianos…

No los cristianos, sino unos en concreto. Con otra aclaración: un cristiano puede asesinar, pero entonces no obra como cristiano, sino todo lo contrario. Por eso, si afirmamos –sin matices- que los cristianos asesinaron a Hipatia, con la misma lógica tendríamos que afirmar que los republicanos y los demócratas asesinaron a Julio César, a 6 millones de judíos alemanes, a cientos de miles de japoneses en Hirosima y Nagasaki…


Entonces, ¿qué decir de la represión y oscurantismo con que novelas y películas pintan a las sociedades cristianas?

El cine y la novela no han nacido para contarnos la verdad histórica, y los lectores y espectadores deben saberlo cuando pasan las páginas de un libro o se sientan ante la pantalla. Amenábar puede darnos una lección de técnica cinematográfica, pero no de Historia. Porque, a fuerza de represión y oscurantismo se puede montar el Holocausto nazi o el Gulag soviético, pero jamás –como han hecho las sociedades cristianas- inventar el parlamentarismo, las garantías constitucionales, el gótico, la Universidad o el gregoriano. Por otra parte –como ha señalado el profesor Head- el relativismo actual ha disuelto los esquemas de interpretación histórica, y en la confusión resultante triunfan los relatos que hacen de la concepción conspirativa la esencia de la historia, en especial los que atribuyen a la Iglesia todo tipo de tramas para dominar al hombre.