viernes, 2 de marzo de 2012

Doctor Lejeune




"Mi padre es médico de la cabeza a los pies", dice Clara. Pero en su retrato también queda claro que estamos ante un profesor eminente, un investigador genial, un hombre profundamente enamorado de su esposa y de sus cinco hijos, dedicado en cuerpo y alma a sus pequeños enfermos.

Cuando la genética empieza a despuntar como ciencia, Jérôme Lejeune descubre la "Trisomía 21", aberración cromosómica que provoca el Síndrome de Down. La Sorbona crea para él, en 1964, la Cátedra de Genética Fundamental, que ocupa con 38 años. Es el catedrático más joven de Francia.

Un día explicó en la ONU el estatuto humano del embrión -también del afectado por trisomía 21-, y lamentó la degradación de algunas instituciones sanitarias que sustituían health por death. Conocía de antemano las consecuencias de su denuncia. Entre otras, la que anunció en un telegrama a su mujer: -Esta tarde he perdido el premio Nobel.

Al fallecer Gary Cooper, un periodista resumió su inmenso papel en "Matar a un ruiseñor" con estas palabras: "Átticus Finch es el padre que todos hubiéramos querido tener, y también el que todos querríamos ser". Es lo que pensarán muchos lectores al terminar esta magnífica semblanza. Y quizá piensen, también, que me he quedado corto.