Al publicar este impresionante
documento gráfico en facebook, Juan Carlos Martos ha pretendido “denunciar ante
la opinión pública internacional unos hechos monstruosos, absolutamente
silenciados por los medios de comunicación. Un genocidio tan bestial como los
episodios más abyectos de los campos de exterminio nazis”. Pero este misionero
claretiano se ha llevado una gran sorpresa, pues a facebook no le ha gustado
nada la denuncia del holocausto que sufren los cristianos en Nigeria desde hace
más de 10 años:
“Conforme a la política de
seguridad de esta red "social", la fotografía se ha clasificado como
material "pornográfico", "violento" o
"inapropiado" y, por ello, me castiga prohibiéndome subir durante una
semana cualquier otra fotografía. Y me amenaza con actuaciones
"drásticas" si prosigo en mi intento de denunciar documentalmente la
terrorífica conculcación de los derechos humanos en Nigeria.
“Este proceder de facebook es un
atentado a la libertad de expresión y un insulto desvergonzado a las 500
víctimas (sólo en este episodio brutal) masacradas por el terror islámico por
el simple hecho de ser cristianos. Yo creía que esta red social, nacida en USA,
no hincaba la rodilla ante el terror. Sobre todo tras sufrir en sus propias
carnes el espeluznante atentado del 11-S, como nosotros el 11-M, víctimas de la
furia enloquecida y salvaje del terror islámico.
“Me parece increíble que en
España, un estado democrático y de derecho -donde constitucionalmente se
garantiza la libertad de culto, expresión y pensamiento (Art.16 y 20 CE)- se
intente amordazar a los ciudadanos mediante amenazas y coacciones, vulnerando
su libertad de expresión, por considerar "inapropiado" un documento
gráfico (no un montaje fotográfico) que refleja en toda su crudeza una realidad
bestial.
“Si las matanzas continúan, es en
buena medida porque se sigue ocultando la verdad al pueblo. El silencio
cómplice de la mayoría de los medios de comunicación propicia la indiferencia
de la comunidad política internacional ante este holocausto monstruoso. ¿Se
imaginan la reacción del terrorismo islámico en el caso, imposible, de una
matanza de musulmanes a manos de cristianos en una mezquita? ¿Cómo -y cuánto-
de beligerantes serían las portadas de nuestros medios de comunicación
condenando los hechos?”.