Y no es una metáfora.
De ahí nuestra fortuna,
que nos permite decirle:
Dulce Madre no te alejes;
tu vista de mí no apartes;
ven conmigo a todas partes,
y sólo nunca me dejes.
La realidad nos sobrepasa. Por eso, todo lo que decimos sobre ella son metáforas: los mitos platónicos y las historias de Hollywood, los blogs y las novelas, la prensa y los libros de texto... En este blog propondré una metáfora cada semana. Más o menos.