Etty Hillesum y Osias Korman
son personajes reales en Westerbork, un campo de concentración holandés durante
la Segunda Guerra Mundial. Su delicado romance lo intuimos a través de las
cartas y los diarios de la muchacha. Con esa valiosa documentación se construye
esta novela, cuyo resultado es, al mismo tiempo, un instructivo paseo por la
historia y una reflexión sobre la condición humana.
August 1942. The Nazis have already invaded Holland
and the Westerbork refugee camp has become a concentration camp. Psychiatrist
Dr. Osias Korman, a widower of Jewish origin, is the camp supervisor. He is the
point of liaison with the camp administration and the areas Jewish Council,
which itself is an intermediary between the Nazis and the civilian population
in the occupied areas. The Council sends the nurse Esther Hillesum (Etty) to
the camp.
Osias and Etty soon become friends, and their
friendship turns into a deep love that Etty expresses in the letters she sends
Osias during his frequent trips away from the camp ordered by the Jewish
Council. This love is also manifested in the diary he writes to his son Daniel,
who has lived in the United States since the start of the Second World War. At
the end of the war, Dr. Korman discovers that Etty was not sent to the camp to
be a nurse but, in fact, to help people...
CINCO PREGUNTAS AL AUTOR
¿Quién es Etty Hillesum?
Una muchacha de Ámsterdam que nos recuerda
a Ana Frank. Es judía, ha estudiado Derecho y Filología eslava, tiene 27 años y
trabaja como enfermera en el campo de concentración de Westerbork.
¿Cómo la conoció?
Cayeron en mis manos sus cartas, editadas
por Anthropos, y tuve claro que esa chica culta y sensible, con una vida de
novela…, merecía una novela histórica.
¿Tan decisivas pueden ser unas cartas?
Sin duda. Sobre todo si la autora tiene
una personalidad tan rica, vive en circunstancias especialmente dramáticas y te
lo cuenta con estilo excelente. En las cartas, a través de sucesos cotidianos,
se transparenta algo tan valioso como el buen humor de Etty, su empatía con los
que sufren, y una asombrosa facilidad para la amistad.
¿Usted noveló hace años la vida de Julio César? ¿Por qué César y por qué Etty?
César me permitió hablar del sentido de la
vida en los griegos y romanos más cultos. Etty, gracias a su sensibilidad y
perspicacia, nos permite entender un mundo muy complejo, marcado a fuego por
dos guerras mundiales y dos totalitarismos.
¿Es una novela de acción?
Es romántica más que otra cosa. Etty,
enferma en Ámsterdam, escribe a Osias Korman, uno de los judíos que –igual que
ella- organizan el campo sin ser prisioneros. Las cartas nos permiten suponer
un delicado romance entre ambos.
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