En septiembre escribía:
He
empezado las clases en
la Uni. Tengo
ya un nivel avanzado de Francés, casi como Inglés y (como no tengo
Blackberry
ni veo la tele) me he puesto al día con las noticias
internacionales
mediante la CNN y
la BBC, así que
la carrera no me está costando demasiado, pero admitiré que es dura y un
reto.
Lo único malo es que todo funciona por Internet y en eso soy tan torpe
que me
da vergüenza admitirlo. Gracias a Dios me leí en verano la "Apología de
Sócrates" por recomendación tuya, porque llegué una semana tarde a la
Universidad y mandaron el libro en Historia de las Ideas Políticas
cuando yo no
estaba, y ahora me siento con ventaja.
He leído mucho este verano: en la playa, en el avión, en los atardeceres frente
a las palmeras con un cigarrito, en el tiempo supuestamente reservado para
hacer la maleta, en la cama del cuarto
del hotel antes de dormir acompañada por mi hermana, en el vagon de tren por
Francia y por Italia, con el traqueteo y la ruidosa conversación de alegres
americanos a mi lado... También he aprendido mucho en mis viajes; recuerdo con
especial amor y favoritismo Israel y Jordania. No sé que tiene
Oriente Medio, si es porque es el origen del cristianismo, de donde vienen mis
raíces; si es por el apasionado pueblo judío y el árabe altivo, si
es por su modo de vivir y de creer con tanta intensidad, como en los viejos
tiempos de Europa; si es por la belleza escondida de sus ciudades y paisajes, o
la fuerte tradición a la que allí están sujetos. Quizás una mezcla de todo esto
me ha hecho enamorarme de estos países y de sus polémicas políticas, de su compleja
y sangrienta historia. Si tienes tiempo y no te importa, te mandaré algo de lo
que he escrito sobre esto.
En noviembre dice:
Llevo dos meses de Universidad y mi visión
es bastante más positiva ahora. En primer lugar, mis compañeros me encantan: inteligentes,
espabilados, llenos de vida y entusiasmo. Hay pocos hombres, todo hay que decirlo,
pero esos pocos hacen ruido.
Las asignaturas son interesantísimas cuando
no me quedo dormida o llega Edu, con su ordenador, a enseñarme cosas que hacen
que me muera de risa y pierda de vista al profesor.
En mi clase están Madrid y Cataluña,
Andalucía y Galicia, las dos Castillas, el País Vasco, Santander, Valencia,
Murcia, Asturias, la bella Extremadura… En mi clase hay una pequeña España
que quiere saber sobre el mundo y cambiarlo.
Todos me dicen que escribo y pinto muy
bien, y que les haga retratos... Ya empiezan, como sucedía en el colegio, a
pedirme los inmaculados apuntes, mi único punto fuerte. ¡Todo tenía que
llegar! De verdad que me encanta la
Uni. Era cierto lo que decían, y aún mejor.