Ramón Pérez-Maura, en ABC, ha comentado así la inauguración del Museo Universidad de Navarra:
El pasado jueves, veintiséis
años después de salir de Pamplona, volví a mi alma máter para un hecho sin
precedentes en las universidades españolas. Los Reyes acudieron a inaugurar el
Museo Universidad de Navarra. Y no tiene precedentes porque en España las
universidades no tienen museos. En Estados Unidos las universidades buscan
cualquier cosa como elemento para crear valor por medio de un museo
universitario. Y quien más, quien menos, encuentra un expresidente que dona su
biblioteca y papeles para hacer un museo más o menos hagiográfico de sus años
en el despacho Oval. Lo que ha hecho la Universidad de Navarra es algo muy
difícil de igualar. En un espectacular edificio de Rafael Moneo, que ha costado
22,5 millones de euros y al que el contribuyente -usted y yo, querido lector-
ha aportado exactamente 0 euros, se han juntado fabulosas donaciones de
particulares como la espectacular colección de María Josefa Huarte -Chillida,
Picasso, Rothko, Kandinsky, Tapies- o el legado fotográfico de Ortiz de
Echagüe, que desde los tiempos de mi paso por esa Universidad aguardaba en un
almacén el momento y las condiciones idóneas para ser expuesto.
El rector, Alfonso
Sánchez-Tabernero, pronunció, sin papeles, una breve alocución recordando al
Conde de Barcelona y explicando el sentido de este museo precursor. La Casa del
Rey había anunciado que Su Majestad no haría ningún discurso. Pero terminado el
rector magnífico, el Rey sacó unas notas manuscritas -que desde luego no habían
sido redactadas por el ministro Wert, de pie un metro detrás del Monarca- e
hizo un discurso seductor, con el que conquistó a la audiencia toda, si es que
no lo estaba ya.
En el barullo posterior, se
escuchó a Miguel Zugaza, director del Museo del Prado, decir a Rafael Moneo,
padre de la criatura: «Esto es como lo que nos hiciste a nosotros, pero bien
acabado, ¿no?».