jueves, 18 de junio de 2015

Palabra de Hannah Arendt






Con notable maestría, Teresa Gutiérrez de Cabiedes, periodista y doctora en Comunicación Pública por la Universidad de Navarra, especialista en Hannah Arendt, nos acerca en este nuevo libro a la gran periodista, filósofa y escritora.

 Si Séneca hubiera vivido entre nosotros, sus Epístolas a Lucilio habrían sido emails. Es lo que hace Teresa cuando responde a su sobrina Sofía y abordan la figura de Hannah Arendt. Gracias a ese intenso intercambio de correos, recogido en el título Palabra de Hannah Arendt, asistimos los lectores al poderoso retrato de una mujer judía que nace en Hannover en 1906; que es alumna aventajada, entre 1924 y 1928, de maestros como Heidegger, Guardini, Husserl o Jaspers; que colabora después con la resistencia sionista en Alemania y es conocida como Atenea, la diosa de la guerra, inteligente en la estrategia, protectora de Ulises.

Tras ser detenida y puesta en libertad, Hannah huye a París con su madre. En Francia es Secretaria General de Youth Aliyah, agencia judía para Palestina; se encarga de rescatar niños judíos de Austria y Checoslovaquia; se casa con Heinrich Blücher; es internada en un campo de refugiados. En 1941 se exilia con su marido a Estados Unidos, se establecen en Nueva York y comienza a trabajar como periodista. Después de haber comprobado la inmensa capacidad de manipulación del periodismo nazi, Hannah Arendt sabía que los periodistas crean en gran medida la cultura de una época, porque la gente ve la realidad a través de sus historias.

Publicado por Ediciones Encuentro, Palabra de Hannah Arendt nos brinda algunas claves del oficio periodístico en nuestros días, analiza el periodismo de Arendt y se centra en los reportajes que realizó sobre el juicio al nazi Adolf Eichmann, en Jerusalén. Reportajes que fueron publicados por The New Yorker en 1963. En esos artículos, así como en el libro donde son compilados, Eichmann en Jerusalén, Hannah se atreve a airear una verdad sepultada por el judaísmo oficial: que muchos judíos habían colaborado con sus verdugos en las tareas de reclutamiento para el envío a los campos, y también en la supervisión de trabajos y matanzas en aquellos infiernos. “El papel que desempeñaron los dirigentes judíos en la destrucción de su propio pueblo constituye, sin duda alguna, uno de los capítulos más tenebrosos de la ya tenebrosa historia de los padecimientos de los judíos en Europa”.

El libro fue prohibido en Israel y desencadenó una campaña internacional contra su autora. El hecho de que la periodista fuese una mujer judía con enorme prestigio intelectual y moral, no hizo más que aumentar la afrenta y el escarmiento. Pero la verdad ya no podía ocultarse. En el propio libro, Hannah reconoce que “cientos de miles de bondadosos americanos de clase media habrán aprendido de esos artículos que los líderes judíos de Europa fueron cobardes, ineptos e incluso colaboracionistas; que la comunidad judía ayudó a los nazis a cumplir su objetivo de genocidio racial”.
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