Quienes sufren una tragedia o se enfrentan a una situación límite pueden dejarse aplastar o, por el contrario, pueden aprovechar la adversidad para dar lo mejor de sí mismos.
Esa
oportunidad la tuvieron varios estudiantes de la Universidad de Múnich,
comprometidos en el boicot al régimen nazi. Su grupo clandestino se llamó la
Rosa Blanca.
Sophie Scholl era la
única chica. Tenía 21 años cuando fue detenida, juzgada y ejecutada. Desde
entonces, las películas y libros sobre su figura, igual que su nombre en
plazas, calles y centros escolares, atestiguan su rotunda victoria.
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