A mi amigo David, sevillano y casi ateo, lúcido y simpático, le acaba de nacer su tercer hijo. Yo le digo, sin metáfora, que es un regalo de Dios. El me escribe, sin negarlo, que será bautizado como Víctor Amador, por ser una victoria de la vida y un fruto del amor. Luego añade un toque humanista y una justificadísima exultación: "Juan Luis Vives decía que nacer era recibir una sentencia de muerte. Siendo así, ¿no es éste acaso el condenado más hermoso que ha pisado jamás el corredor de la muerte? ¡Larga vida a Víctor Amador I, príncipe de Tomares, Sevilla, España, el Mundo, el Universo!". Así se habla, por supuesto. Y, para que veas que David tiene toda la razón del mundo, aquí puedes contemplar a Su Serenísima Majestad.
lunes, 30 de mayo de 2011
Víctor Amador I
A mi amigo David, sevillano y casi ateo, lúcido y simpático, le acaba de nacer su tercer hijo. Yo le digo, sin metáfora, que es un regalo de Dios. El me escribe, sin negarlo, que será bautizado como Víctor Amador, por ser una victoria de la vida y un fruto del amor. Luego añade un toque humanista y una justificadísima exultación: "Juan Luis Vives decía que nacer era recibir una sentencia de muerte. Siendo así, ¿no es éste acaso el condenado más hermoso que ha pisado jamás el corredor de la muerte? ¡Larga vida a Víctor Amador I, príncipe de Tomares, Sevilla, España, el Mundo, el Universo!". Así se habla, por supuesto. Y, para que veas que David tiene toda la razón del mundo, aquí puedes contemplar a Su Serenísima Majestad.