Sí, una vez más, la mejor semana de cada verano.
Este año, en su XX edición, tan redonda, a la sombra de una JMJ inolvidable. En un Poblado castellano e inglés, italiano y húngaro, austríaco y croata, catalán y libanés.
En la esperada noche del sábado, el violín de Alejandro, hexámetros de Homero, la obra de teatro, un coro de Salzburgo y la ausencia de Eduardo Ares.