martes, 30 de abril de 2013

Amor bajo el espino blanco



Intentarán concentrarse en los exámenes finales, pero no podrán olvidar que han visto Amor bajo el espino blanco. Porque, si hace dos meses habían estudiado la mímesis y la catarsis en el teatro griego, esta mañana han sentido su profunda atracción y conmoción.

Me quedaría corto si afirmara que se trata de una hermosísima película. Tendría que añadir, con palabras de Steiner, que la fuerza y la emoción de Zhang Yimou, como las de Shakespeare y Homero, como la tristeza y el idealismo de Don Quijote, como la luz que entra por la ventana de Vermeer, como la alegría de Vivaldi y de Mozart, “están hablando de lo mismo en el momento exacto en que las palabras fracasan”.
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