lunes, 21 de diciembre de 2009

El Bajísimo



Una Nochebuena, cuando Thomas Hardy es un niño, alguien se refiere a los bueyes del pueblo y dice: "Ahora estarán de rodillas". Mucho más tarde, cuando ya tiene 75 años, escribe estos versos:


Todavía, si alguien dijese en Nochebuena

'vamos a ver a los bueyes de rodillas,

dentro de la cabaña solitaria de aquel valle lejano

que solíamos visitar en la infancia',

con él iría por la oscuridad

esperando encontrármelos así.


¿Qué se puede añadir a estas palabras bellísimas? Que no es necesario que lo descuelguen y lo bajen de las paredes de las aulas: Él mismo, Altísimo como es, con una grandeza que no puede contener el Universo entero, se abajó más de lo imaginable hace 2000 años, en una fecha que dividió la Historia en dos. Y eso lo saben hasta los bueyes. Desde entonces, ha sido y es “música maravillosa para el oído que le escucha, miel dulcísima para los labios que le nombran, delicia para el corazón que le ama”.