sábado, 23 de julio de 2011

Sin flash




Subes las escaleras de la Quintana bajo los geranios del muro de San Pelayo. Entras en la iglesia monacal y te encuentras con esa sonrisa. Quieres llevártela en postal, pero el flash ha cambiado la expresión de la Virgen. Para estos casos están los amigos. Joan Ríus vuelve al templo, a la mañana siguiente, y se arrodilla. Apoya su cámara en el respaldo del banco, enfoca el teleobjetivo y dispara. Sin flash, superfluo ante la Reina de la Luz.