viernes, 23 de marzo de 2012

Homero, Odisea


No me sé la Odisea de memoria por falta de memoria, no de ganas. Porque su profunda humanidad nos conmueve desde hace casi tres mil años. ¿Cómo lo consigue Homero? De entrada, gracias a la sabia elección de los rasgos esenciales de nuestra condición humana. Por eso nos asombra vernos reflejados en el espejo de sus personajes, que son cultos e ignorantes, educados y groseros, pacientes y airados, valientes y cobardes, astutos y simples, rudos y tiernos. Vemos con sorpresa que son como nosotros, pero en realidad es al revés: nosotros somos sus decendientes.

Esos rasgos fundamentales se nos quedan grabados y logran que personajes secundarios nos resulten inolvidables: Polifemo y Atenea, Nausica y Calipso, Eumeo y Euriclea... Con el protagonista, el poeta ciego es minucioso y consigue mucho más. Ulises es la impagable respuesta de Homero a la más urgente de nuestras preguntas: qué significa ser hombre. Una respuesta articulada sobre tres cualidades esenciales de la conducta: la prudencia, la justicia y la fortaleza. Esa herencia ética -acrecentada por los filósofos griegos, romanos y cristianos- hará posible Europa y marcará la diferencia entre el primer y el tercer mundo.

Por esa relevancia única, la Odisea conoce traducciones, ediciones y adaptaciones innumerables. La última que he visto corre a cargo de Bambú, un elegante sello editorial de Casals. Su autor, Rafael Mammos, tiene el acierto de ponernos en antecedentes e introducirnos en las aventuras de Ulises por la puerta obligada de la guerra de Troya, explicada con solvencia en media docena de páginas. Después, la adaptación del texto homérico me parece encomiable. Al final, la guinda. Un cuaderno documental añade información sobre el contexto de la obra y algunos de sus pasajes más célebres: el misterio que envuelve a su autor, la Ilíada, el certamen donde compitió con Hesíodo, el oficio de poeta y cantor, la Grecia homérica, las principales tragedias griegas, la Eneida, Penélope, Polifemo, las sirenas…

Se me olvidaba mencionar la fuerza y elegancia de las ilustraciones, el Premio Junceda de ilustración, el Premio Crítica Serra d'Or, el Premio International Latino Award, y que el libro será disfrutado por lectores entre 9 y 90 años.