Jiménez Lozano, en Los cuadernos de letra pequeña, señala algunas causas de esa zafiedad satisfecha que impregna la sociedad española: "Se liquidan las cumbres del pensamiento, el saber y la belleza, se instruye y se educa por igual al más bajo nivel utilitario, y con desechos. El ganado solo necesita buenos establos, y máquinas modernas para el ordeño o el despiece; tal es este ideal de Granja Modelo. Esperemos, de todos modos, que al menos un buen puñado salga incólume de la Granja, se incline como los juncos ante el vendaval, y luego sean ellos mismos. Al fin y al cabo, todos hemos sobrevivido a algo. Pero la cuestión está en que hay que tener algo sobre lo que apoyarse, saber que se tiene un ánima, que decía el señor Miguel de Cervantes; y parece que esto va siendo cosa rara".
Con estas palabras se han abierto las XIX Jornadas Humanísticas de El Poblado, unos días de marujeo inteligente y socrático, en la mejor semana de cada verano.