Un animal es lo que ves. Una persona es lo que no ves: “un ansia y un arcano, una isla de magia y de temores” -escribió Borges-, mucho más grande por dentro que por fuera.
Y es lo que compruebas cuando conoces a tipos como Nacho de Marcos, uno de los mejores jugadores de hockey hielo de Europa. Si te enfrentas a él en una pista, reza todo lo que sepas. Pero, si le quitas el casco y el stick, la impresión puede ser mucho mayor, pues no te esperas esa apabullante mezcla de simpatía y bondad.